jueves, 30 de agosto de 2018

ESTUDIANTES DE ANTAÑO

Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares (Wikipedia)

Ahora que estamos a punto de comenzar “la vuelta al cole” me gustaría hablar de estudiantes, pero no de los de ahora, sino de aquellos jóvenes motillanos, que hace siglos se desplazaban desde nuestro pequeño pueblo, casi siempre a Alcalá a cursar sus estudios. No eran muchos, y hemos de suponer que si no todos, si la mayoría, eran hijos de familias pudientes, que podían costear los gastos de desplazamientos, estudios y manutención de sus hijos. Y por supuesto siempre eran varones.


La mayoría solían estudiar en la Universidad de Alcalá de Henares, cerca de Madrid, por lo que la distancia a recorrer era de unas 48 leguas aproximadamente. El viaje que duraba unos cuatro días y medio, para muchachos que no conocerían mucho más que los pueblos de alrededor, con las dificultades y peligros que ello suponía en aquellos tiempos.


El primer motillano que he encontrado, fue  Quilez Moreno que realizó Cursos en Artes  allá por 1576.

También a finales del siglo XVI, en concreto en 1586, aparece Francisco de los Paños como Bachiller en Cánones. Estudio este de bachiller en Cánones muy frecuentado por motillanos en los primeros años del siglo XVII, pues encontramos a Alonso Martínez, en 1602, a Alfonso Sánchez de Valverde, en 1603, y a Pedro Vilches en 1604, cursando estos estudios.

Así mismo sabemos que Diego García de Bonilla era estudiante de la Universidad de Alcalá en 1620, aunque no sabemos que estudios cursaba.

Hacia 1629 estaba estudiando Cánones el joven Julián Chavarrieta y Ojeda. Sí, aquel joven que sufrió un pleito debido a sus amores o amoríos con la joven María Zarzuela, con la que terminó casándose, evitando así pagar una multa de  500 ducados.

Como es lógico también encontramos algún que otro miembro de la familia Portillo, una de las más influyentes en aquellos años, no solo en Motilla, si no en la comarca.  En 1638 aparece como varón ilustre del Colegio San Ciriaco y Santa Paula de Alcalá Esteban de Portillo y en 1654 lo hace Esteban Lucas Portillo. Sabemos ellos que no fueron los únicos miembros con este apellido con estudios, pues también podemos hablar del licenciado Alonso Portillo y Cardos, Dignidad de Chantre de la Iglesia Colegial de Talavera, Inquisidor Ordinario, y Vicario de la Villa de Madrid.

En 1656, aparece como clérigo y estudiante Juan Sáez Moreno y en 1660 Juan Martínez Zarzuela como Bachiller en Cánones.

En 1661 el motillano Mateo Tendero Fernández de Bobadilla Martínez y Vaca-Silva, afincado en San Clemente, pide información genealógica para recibir el grado de Teología.

Como estudiante para el grado de Doctor en Medicina, aparece en 1670 Juan de Cabañas Ochoa. Y también en esta disciplina pero 18 años más tarde Pedro Lucas Ramírez.

Con fecha de 1692, existe un Proceso de inhibición entre la jurisdicción ordinaria de Motilla y la jurisdicción escolástica de la Universidad de Alcalá, por un pleito criminal contra Francisco Chavarrieta y Ojeda, que era estudiante de la Facultad de Cánones de dicha universidad. Como vemos estos apellidos vuelven a aparecer de nuevo. Suponemos que Francisco sería hijo de Julián, pues hay una diferencia de sesenta años, lo que nos lleva a dudar de que fuera su hermano. Además en aquellos años era muy natural que los hijos llevaran los apellidos más importantes de los padres.

Entre esta última fecha y la siguiente vemos que hay un paréntesis de más sesenta años en los que no he encontrado datos, pero suponemos que no fuera así, pues hay un documento de 1737 que habla de fray Juan de Santa Teresa, agustino recoleto nacido en  Motilla, cuyo currículo es tan amplio que he creído interesante poner completo: Relación de méritos y servicios del maestro fray Juan de Santa Teresa, natural de la villa de La Motilla (obispado de Cuenca), lector jubilado, calificador de la Inquisición y ex-vicario general de la congregación de España e Indias de agustinos recoletos, cursó Filosofía en el Convento de la villa de Luque (obispado de Córdoba), conclusiones generales y actos literarios, cursó Teología en Almagro y regentó maestría de estudiantes, catedrático de Filosofía y de Moral, Vísperas y Teología, secretario provincial, definidor y prior de Granada, predicador de cuaresma.

Llegando a 1758 fecha en la que encontramos a Juan Moreno Munera por un asiento en el libro de recepciones, acuerdos y ejercicios literarios de la Academia de San José de la Universidad de Alcalá. Juan estudió anteriormente, tres cursos de filosofía en la Universidad de Siguenza, entre 1753 y 1756.

Archivo Histórico Nacional



Archivo Histórico Nacional
1760 es Juan Felipe Moreno de los Paños quien realiza estudios de Cánones en la Universidad de Alcalá.


Hasta la fecha todos los estudiantes nombrados son por sus estudios realizados en la facultad de Alcalá de Henares.


Es en 1769 cuando aparece el primer estudiante, Julián de Chavarrieta y Lucas, graduado en otra universidad, en este caso la de Gandía.

Del siguiente, Luis Gabaldón López, sabemos que estudiaba en 1771, en la Academia de Jurisprudencia del Patio Principal de la Universidad de Alcalá. Luis fue abogado de los Reales Consejos y consta que pidió información genealógica para lograr ser abogado de pobres del Tribunal de la Inquisición de Corte.

Es a partir del último cuarto del siglo XVIII cuando comienzan a aparecer otras universidades de forma continuada. Así, en 1774, aparece un motillano de nombre Juan Julián Zapata graduado en la Universidad de Granada. En 1795 encontramos un estudiante en la Universidad de Orihuela, se trata de Jorge Redondo Y Ortega que solicita examen de abogado. Y también en este año de 1795, como bachiller en Leyes por la Universidad de Valencia, encontramos a Pedro Matías Armero y López.

Comienza un nuevo siglo y la Universidad de Valencia, la de Madrid, donde la Universidad de Alcalá dio paso a la Universidad Central hacia 1850, y los estudios en Cuenca, .son los lugares más frecuentados por nuestros paisanos para sus estudios, Aquí dejo una pequeña relación de aquellos estudiantes que he encontrado hasta finales del siglo XIX.

1800 Juan Antonio Gabaldón y Tendero, bachiller en leyes por la Universidad de Valencia.

1814 Juan Atanasio Malo y Royo, bachiller en leyes por la Universidad de Valencia.

1856 José María Muñiz Gabaldón, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Licenciado en Jurisprudencia, Fiscal.

1863 José de las Heras Moreno, alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central. Preceptor de Latín y Humanidades.

1865 Francisco Portillo Urrea, alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central.

1871 Pedro José Gómez Maso, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central.

1877 José María Zomeño y Huerta, bachiller del Instituto de Cuenca.

1878 Eustaquio Díaz Moreno, alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central. Licenciado en Filosofía y Letras.

1882 Pedro José Navarro y Paños, bachiller del Instituto de Cuenca. Apareciendo como alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central  en 1886.

1882 Luis López de Haro Moya, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central.

1882 Tomás Luján y Tendero, bachiller del Instituto de Cuenca.

1889 Leandro Masso Sancho, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central.

1896 Pedro José Redondo y Gabaldón, Bachiller del Instituto de Cuenca.

martes, 21 de agosto de 2018

CASUALIDAD O MISTERIO



D. Dionisio Pérez de Escobosa



Hace unos días, publiqué en mi blogs de Motilla una entrada sobre este cuadro, que poco después modifiqué. Os dije que muy pronto sabríamos quién era este personaje. Estoy seguro de que los que habéis comprado el libro de la Feria, ya habréis leído el artículo de Margarita Toledo Algarra. Cuando me enteré de que iba a salir su artículo sobre el cuadro en el libro de nuestra fiesta, me pareció justo modificar el mío.


Ahora que ya sabemos quién era el personaje y por qué tenemos el cuadro en nuestra Ermita, voy a hacer una observación sobre él que me llamo mucho la atención, si no como pintor, si como curioso o “lacenero” que decimos en Motilla.








Casualidad o misterio, el personaje, Don Dionisio Pérez de Escobosa, tiene en el cuadro las dos pupilas perforadas, o sea sin pintura. Digo casualidad, porque a pesar de los más de trescientos años, está bastante bien conservado, y sería mucha casualidad que se hubieran estropeado las dos a la vez, pero nada es imposible. Y digo misterio, porqué… si no fuera casualidad, que motivo o fin produjo ese daño en el retrato.

A mí, en el momento de descubrir los agujeros en el rostro del obispo, sería por mi carácter novelesco, me vinieron a la mente, esas imágenes de películas donde alguien observa tras los ojos de un cuadro.



Detalle de la perdida de pintura en los ojos


Ahora ya conocemos el nombre del personaje, pero será muy difícil, por no decir imposible, saber si el deterioro de los ojos fue casualidad o misterio. Han pasado casi trescientos cincuenta años desde que murió, y no creo que lo pintaran después de su muerte. Por cierto, ¿quién sería el pintor? Claro que leyendo el artículo de Margarita, y viendo las relaciones que tuvieron con la corte, sus familiares, no me extrañaría que… vuelvo a mi mente imaginativa, el cuadro sirviera para algo más que decorar.

domingo, 12 de agosto de 2018

ASESINATO EN EL PODER


Veinte de diciembre, día de San Macario, es el año 1671. Los vecinos están recogidos en sus casas, solo el frío y la oscuridad ocupan las calles de Motilla. En una de esas casas, varias personas charlan alrededor de calor que desprende el fuego de una chimenea. Es la cocina, en el resto de la casa hace tanto frío como fuera. En ella vive Francisco Lucas Zapata. Francisco es gente importante en el pueblo, alcalde ordinario, familiar y notario del Santo Oficio. El grupo, la familia y algunos vecinos, charla tranquilamente, mientras uno de ellos atiza las ascuas que se van desprendiendo de los troncos que arden en el fuego.

Atravesando las sombras de la fría noche, un hombre, embozado, camina ligero y silencioso. Es la hora acordada y no quiere, no puede faltar a la cita. De vez en cuando se gira sigilosamente, o se detiene, al doblar una esquina, y escucha los ruidos de la noche. Es su corazón alterado el que le engaña. Sigue su camino, apenas le faltan unos metros. Vuelve a detenerse y enciende un cigarro, necesita calmarse, templar los nervios. Apenas da tres caladas, tapando el ascua con la mano para evitar que el resplandor le ilumine. No son horas de andar parado en la calle fumando.

Ha llegado a la puerta, escucha. Dentro se oyen risas, alguno de los presentes debe haber dicho algo gracioso. Es el momento, aprovecha para entrar. Sí, la puerta se abre, otro obstáculo superado. La casa está inmersa en la oscuridad, bajo una de las puertas laterales se ve una raya de luz, y tras ella más risas. Con un giro brusco abre la manivela, antes ha sacado su arma, una carabina, dispuesta desde hace horas para disparar. Ante la sorpresa el grupo se queda paralizado, sin reaccionar. Suena el fogonazo ensordecedor, anulando el chasquido de huesos rotos. La puerta vuelve a cerrarse, confusión y gritos llenan la estancia. Solo después de superar el susto y el miedo, algunos han salido en persecución del asesino, otros intentan atender a Francisco. El disparo le ha hecho caer y yace tendido en el suelo. De su cabeza está  ensangrentada.

Después de cinco días esperando el duro desenlace, pues el propio médico que le ha atendido no ha sido capaz de ayudarle. A pesar de sus años de experiencia, solo ha podido aliviar su agonía. Pues ni siquiera puede asegurar si son siete u ocho las balas que le hirieron. Es el veinticinco de diciembre, día de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Francisco yace en su lecho. Alrededor del mismo se encuentran su esposa, su padre y sus hijos. Irremediablemente, ha fallecido.


xxxxxxxx


Este texto novelado está basado en los hechos reales que ocurrieron en Motilla entre el 20 y 25 de diciembre de 1671.

Qué hechos motivaron el asesinato de Francisco, no los conocemos. Si sabemos que  Juliana García, su esposa, presentó una querella ante su majestad y señores del consejo, contra Pedro Lucas Ramírez, que era alcalde en aquellos momentos, y contra su padre y su hermano, y también contra Esteban Portillo. Siendo culpados y condenados a muerte Esteban Portillo y Manuel Moreno.

Así mismo, el padre del asesinado, llamado también Francisco Lucas Zapata, dice que Francisco Lucas Ramírez y Esteban Portillo son sus enemigos, pues pretenden obtener el título en el Oficio, título al que iba acceder su hijo cuando le dieron muerte.

También sabemos que Esteban Portillo, de la  familia de los Portillos, tuvo muchos gastos en la causa criminal. Así mismo, con fecha 17 de febrero de 1682, Juliana García Valverde, la viuda de Francisco, hace escritura de Perdón y arrepentimiento, pues dice que está informada de que Esteban Portillo no fue uno de los principales agresores, y además ha estado sirviendo a su majestad más de cinco años en Flandes.

Hay que decir que el apellido Lucas tuvo bastante relevancia durante el siglo XVII en nuestro pueblo, así encontramos documentos donde aparece personajes apellidados Lucas,  y como podemos ver, a veces enfrentados.


Uno de estos documentos es de 1599,  donde Fracisco lucas, aparece como regidor de la villa, defiende a la clase pudiente contra las denuncias que hacen varios vecinos acusándoles de desmanes de poder y desfalco del pósito en su propio beneficio. Algo que no ocurría solo en Motilla, pues parece ser que era habitual en el resto de las diecisiete villas del corregimiento de San Clemente.



En 1639 encontramos una carta de poder de Antón Rubio para su yerno Francisco Lucas Zapata, probablemente el padre del asesinado. La carta está firmada en Campillo el 13 de abril ante el escribano Antonio Panadero.




También encontramos con fecha 8 de mayo de 1639 documento del Rey Felipe IV concediendo título de escribano del servicio de millones a Francisco Lucas Zapata. Título concedido  por los servicios que nos habéis dicho y esperamos adelante nos haréis y porque a las guerras de Flandes y Alemania nos servís con trescientos cincuenta ducados

En otro documento vemos que el Rey extiende escritura de obligación, donde lo nombra escribano, por la ayuda de doscientos ducados que Francisco hace para las guerras que el rey mantiene.


Don Felipe IV rey por hacer bien y  xxxx a Vos Francisco Lucas  Zapata mi secretario del número y de millones de la villa de la Motilla del Palancar y porque para las ocasiones que tengo de Guerras habéis ofrecido servirme con doscientos ducados pagados en dos años y tres pagas de que por una parte se ha  otorgado escritura de obligación en forma ante Francisco de Yanguas mi secretario mi voluntad es que ahora y de aquí en adelante seáis mi secretario de todas las comisiones que se despacharen para la dicha villa por el mi Consejo y por cualquiera de los otros mis Consejos Audiencias Tribunales y Justicias de los mis reinos y señoríos y ante Vos y no ante otro secretario alguno pasen y se hagan privativamente todos y cuales quera autos civiles y criminales requisitorias cumplimientos de cartas ejecutorias provisiones reales y otras de cualquier género que sean que por comisión se hubieren de hacer y hicieren en la dicha villa y su jurisdicción...


En este documento no solo da poder para llevar todos los casos que surjan en Motilla, sino que además le otorga todos aquellos que estén ya abiertos y los que se abran en adelante referentes a nuestro pueblo.


Y Jurisdicción en que no han de entrar ni comprehenderse los negocios que se cometieren  a los receptores de los otros mis consejos porque estos han de usar de sus títulos y de lo que por ellos les perteneciere sin contradicción ni gravamen ninguno y en su conformidad mando a los otros mis jueces de  comisión y al mi consejero de la villa de San Clemente y a su lugar xxxx en el otro oficio y alcaldes ordinarios de la dicha villa de Motilla del Palancar y a los demás jueces y justicas de ellas que siempre que se ofrezca hacer autos en virtud de cuales quiera comisiones los haga y fulminen ante Vos y no ante otro escribano alguno a los cuales los prohíbo el poderlo hacer con las penas en que caen e incurren los que usan de oficios para que no tienen poder ni facultad mía y les mando que si ante ellos estuvieren pendientes cuales quiera autos que rueguen a la otras comisiones os los den y entreguen para que ante Vos se prosigan fenezcan y acabe…

Fuente documental:

- Protocolo Notarial de Motilla del Palancar 1538 - 1891. Juliana Toledo Algarra.   Eurográficas S.L.L. 2014.

- Documentos copiados para el Archivo Municipal de Motilla por Eufrasio Monedero, originales en el Archivo    General de Simancas.

sábado, 11 de agosto de 2018

SERÁ... O NO SERÁ

Cuadro lado derecho del altar
ermita de la Inmaculada Concepción



Esta entrada ha sido modificada, pues dentro de poco sabremos quién es el personaje de este cuadro.



Os explico, es por mi afición a la pintura que, cuando veo colgado un cuadro,  siempre me fijo en él. Eso me ha pasado cada vez que voy a la ermita de la Virgen. Primero me fijo en nuestra Patrona, La Inmaculada ¡Qué guapa es!  Después hago un largo recorrido por el altar, la hermosa obra de José Navarro Gabaldón, y luego miro los cuadros. Sí, también me fijo en los demás detalles arquitectónicos y decorativos de la ermita, pero al final siempre termino fijándome en el que está en el lado derecho del altar, antes de entrar a la sacristía.  

Tanto es así, que el verano pasado cuando acompañé a Ángel Saiz Castillejo a hacer las fotos del retablo para el Centenario de José Navarro, terminé haciendo unas fotos a los más antiguos. Los dos más modernos, sé que los realizó y donó el artista motillano José Antonio Navarro “Fardel”.


El caso es que mi curiosidad me llevó a descubrir que uno de ellos, el del lado izquierdo del altar, que representa a San  Ephaestio ermitaño es muy similar al de la serie de Ermitaños que el V Marqués de Villafranca, Pedro de Toledo, regaló al convento de la Anunciada en 1620. Existen también varios grabados anteriores a estos cuadros con el mismo tema. La referencia más antigua con el tema es del pintor Vos Maarten (1532 - 1603) Amberes, Bélgica.



Grabado de SADELER, RAPHAEL I (1560-1632) Y
 SADELER, JOHANNES I (1550-1600)
San Ephaestio de Paul Bri 1620l,
convento de la Anunciada,
Villafranca del Bierzo (León)

San Ephaestio, autor desconocido
 Ermita de la Inmaculada Concepción
Motilla del Palancar, Cuenca


El que hay en nuestra Ermita, no sabemos en qué fecha está pintado, pero al igual que el de Villafranca no tiene la roca con inscripción en el lado derecho que sí vemos en el grabado.

Quizás algun día podamos aportar más información sobre esta obra y su autor.

He de agradecer la colaboración del profesor de la Universidad de Girona, Joan Bosch Ballbona, experto en la serie de los ermitaños de Villafranca.

domingo, 5 de agosto de 2018

DE MOTILLA A LAS INDIAS

Terrarum orbis de Abraham Ortelius.


En Motilla como en casi todos los pueblos de España, también hubo jóvenes, que por unas causas u otras embarcaron hacia las tierras de ultramar.

Yo he encontrado tres jóvenes que cruzaron el océano Atlántico al servicio de otras personas de la época. Seguro que hubo más, pero de ellos no tenemos constancia.

Hacia 1590, Sebastián de la Casa viajó al Perú como criado de Francisco de Cepeda.

En 1630, Melchor Valdés, gobernador de la provincia de Soconusco, en Nueva España, pidió licencia para viajar junto a su esposa Cecilia Jofre a las Indias. Melchor iba acompañado de varios criados, entre los cuales se encontraba nuestro paisano Jorge Pérez de Sornoza, hijo del también Jorge Pérez de Sornoza.

Y el último del que hay constancia, en 1699, es Manuel Martínez Valverde para viajar a Perú. Lo hacía como criado de Tomas de Troconiz, corregidor de Collaguas (Perú), capitán de caballos. Manuel era hijo de Juan de Valverde y Anna de Valverde.

Viajar a las Indias, o sea a lo que nosotros conocemos hoy como América, no era tan fácil en aquellos tiempos. Se necesitaban documentos que acreditaran tu procedencia, así como honradez. Así lo demuestra el expediente de información y licencia que nuestro paisano Sebastián de la casa tuvo que presentar para ello.



Sebastián, de diecinueve o veinte años, según dice el informe, era hijo de Julián de la Casa y Catalina Martínez, ambos de Motilla. También nombra a sus presentó el día doce de agosto de 1588 un informe con las nueve preguntas pertinentes ante el alcalde ordinario, Francisco Moreno. Como testigos para contestar a las mencionadas preguntas aparecen como testigos:


- Benito Muñoz de más de setenta años, vecino y regidor de Motilla.

- El bachiller Pedro de Balberde, vecino y abogado de unos cincuenta años.

- El alférez Pedro Lucas  de aproximadamente unos cincuenta y cinco años de edad, regidor también de Motilla.

- Francisco de la Xara, labrador, de setenta años poco más o menos.





En el mencionado informe, de toma de declaración a los testigos, aparece como escribano Juan de la Xara.



En las preguntas tercera y cuarta también aparecen nombrados sus abuelos tanto paternos como maternos.

3  Y si conocieron a Juan de la Casa y Catalina de Moya difuntos mis abuelos padres del dicho Julián de la Casa…
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4  Y si conocieron a Pedro Cortixo e Ysavel de los Paños difuntos mis abuelos padres de la dicha Catalina Martínez mi madre…     
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¿Qué funciones hacía este motillano en casa de su señor? ¿Llegó a cruzar el Atlántico? ¿Vivió y tuvo familia en aquellas tierras lejanas? No lo sabemos. Tampoco sabemos nada más de los otros dos paisanos. Pero es grato saber que allí donde fueran, hablaron de nuestras costumbres, de sus años jóvenes, de su familia, en definitiva de nuestro pueblo, Motilla del Palancar.

jueves, 2 de agosto de 2018

Una moza, un pleito, una calle

La moza

María Zarzuela era una moza, mejor dicho una mozuela, de buen ver que vivía en una de las calles que iban al Pozo Arriba, hija de una familia humilde con varios hijos. Su padre hijo de un cardador, había llegado de Valverde en 1594. Su madre era hija de Antón López Bustamante, oficial zapatero de Motilla, que pronto se convirtió en procurador de causas de Motilla. Juan, el padre de María, era mayordomo sacristán de Pedro Vilches cura en Motilla.


Romeo y Julieta, pintura de Frank Dicksee


Pero María era menor de edad, contaba unos quince años cuando, queriendo o sin querer, tuvo relaciones amorosas y más, con Julián Chavarrieta, aplicado estudiante en la Universidad de Alcalá de Henares, y un crápula, o sea bebedor y mujeriego para algunos vecinos del pueblo.









Aquellos amoríos con una menor, llevaron a Julián, que entonces tenía veintiún años, a prisión, según afirma Alonso Martínez. Algo lógico en aquellos tiempos, pues a pesar de que la moza consintió, era menor de edad, y además el pretendiente no cumplía las promesas de matrimonio hechas a María y a su padre.




Documento donde Alonso Martínez dice que en la causa de María de Zarzuela con Julián Chavarrieta, pone al acusado con cadena y grillos pues piensa que debido a la gravedad de los hechos debe haber pena corporal. 







Y comenzó el pleito

El Rector de la Universidad, Don Pedro de Quiroga y Moya, reclama la causa y el preso es mandado a Alcalá de Henares. Testigos del mozo, testigos de la moza. Declaraciones contrarias de una y de otro. Y la acusación, que pide cárcel o indemnización de 4.000 ducados, vamos un dineral. Los Chavarrieta, gente con poder, no se amilanan, y pasan a restregar la honra de la mozuela por el barro. Y el pleito sigue, hasta que el 1 de julio de 1631, Julián Chavarrieta es condenado a casarse antes de treinta días con María o a pagar 500 ducados, además de los gastos del juicio que ascienden a 4.000 maravedies.

Sin duda prefirieron ahorrarse los 500 ducados, pues el 9 de julio María Zarzuela y Julián  Chavarrieta contraían matrimonio.





¿Y la calle?

La calle está entre la Plaza de la Iglesia y el Riato. Antigua, estrecha, como las de antes, pero con casas nuevas. Allí hay un horno, y en la esquina hay una tienda de ropa, y en la esquina de enfrente hubo otra tienda famosa en sus tiempos, y estuvo telégrafos, y una pescadería, y la consulta de un médico, y… ¿Y antes? Antes no sabemos, pero… ¡soñemos!, y soñando, imaginemos que el nombre de la calle es el de aquella mocita, que siendo de cuna sencilla, se enamoró de un mozo de renombre, y a pesar de todo se casó con él y la calle de Motilla lleva su nombre.

 



Los datos sobre los amores y desamores de María Zarzuela y Julián Chavarrieta han sido obtenidos en la siguiente dirección, que os aconsejo miréis para conocer la historia más completa.

HISTORIA DEL CORREGIMIENTO DE SAN CLEMENTE (CUENCA)